Marruecos compra a los partidos franceses
Redacción | Publicado el 5 Octubre, 2008
¿Por qué los políticos franceses, sean liberales, gaullistas o socialistas, tratan a Marruecos con una deferencia que no reciben muchos de sus socios de la Unión Europea, como España, ni, por supuesto, Estados Unidos? El periodista Alí Lmrabet, encarcelado por ultraje al rey, afirma que la respuesta reside en la corrupción
La monarquía marroquí dispone de una legión de políticos, empresarios, diplomáticos, periodistas, universitarios y notables que la defienden en Europa y América. Siempre que se recuerda el carácter despótico del Gobierno, la pobreza del pueblo o la ocupación del Sáhara, esa legión golpea sus escudos para explicar los “esfuerzos modernizadores” de Hasán II y ahora de su hijo Mohamed VI; la diferencia cultural que nos impide aplicar los mismos criterios a Marruecos; el “cortafuegos” que es la persona del rey ante el crecimiento del islamismo; o la peor situación en que se encuentran otros países árabes. En Argelia el periodista marroquí Alí Lmrabet se ha atrevido, por fin, a pronunciar en voz alta lo que muchos susurraban.
En una entrevista publicada por el diario argelino ‘El Watan’ el 11 de noviembre (www.elwatan.com/2004-11-11/2004-11-11-7854), Lmrabet denuncia que la monarquía marroquí goza de tanto prestigio en Francia porque libra sobornos de manera continua a los políticos franceses. “La monarquía marroquí financia de hecho a la democracia francesa”. Así consigue aquélla evitar el ambiente hostil que sufrió, por ejemplo, el régimen de Agusto Pinochet en Chile, mucho menos represivo y atrasado, y, a la vez, obtener ventajas comerciales. Los sindicatos agrarios españoles han repetido que el mayor empresario agrícola de Marruecos es el sultán, por lo que todo aumento del contingente de tomates exento de aranceles que entra en Europa en perjuicio de los productores españoles no beneficia a los pequeños agricultores, que es la excusa bondadosa, sino al dueño de la finca.
Dris Bassri, el ministro del Interior marroquí de Hasán II durante largos años y cuyas funciones eran la eliminación de los oponentes a la monarquía y el amaño de las elecciones, fue destituido por Mohamed VI al poco de ascender al trono, en 1999. Vive refugiado en Francia desde entonces. Lmrabet afirma que el presidente francés Jacques Chirac no expulsará ni extraditará a Bassri, pese a que carece de permiso de residencia y de pasaporte, porque éste “conoce secretos sobre la financiación de los partidos políticos franceses” por parte del reino de Marruecos,
Sobre el verdadero carácter del régimen establecido por la familia real alauita, Lmrabet sostiene que los servicios secretos, la DST, disponen de una prisión secreta en la que encarcelan y torturan a quienes consideran peligrosos. Hasán II, como un sultán cruel, tenía otra prisión para ‘presos especiales’ en Tazmamart, y que se clausuró como muestra de la bondad del nuevo soberano. Uno de los sucesos más siniestros relacionados con la monarquía marroquí fue el asesinato a tiros en un parking de Mijas (Málaga) de Hicham Madari, ocurrido el 4 de agosto pasado. La víctima afirmaba ser hijo de una de las muchas concubinas del harén de Hasán II y, por tanto, hermanastro del actual rey; además, había anunciado su respaldo a la oposición. Lmrabet está convencido “al 85%” de que los autores del crimen son los servicios secretos marroquíes.
Ningún periodista ni político puede criticar los siguientes asuntos: Alá, la monarquía, la anexión del Sáhara Occidental y los negocios del rey, sus amigos y los generales. Si Mrabet fue condenado a cuatro años de cárcel por publicar el presupuesto que asigna el Estado a la Casa Real…. ¿qué le hubiera ocurrido por publicar un libro el que firmó Jesús Cacho en España con el título de “El negocio de la libertad”?. Mrabet, propietario y director de dos publicaciones satíricas, fue encarcelado en 2003. Permaneció siete meses preso y sólo obtuvo la libertad mediante un indulto gracias a una huelga de hambre, a la presión de los periodistas europeos y a unas gestiones realizadas por José María Aznar, entonces presidente del Gobierno español. Cuando Lmrabet visitó España en enero de 2004 por cuenta de ‘El Mundo’, dio las gracias a Aznar por las declaraciones que pronunció en Maraquech en su favor. Sin embargo, Chirac y su Gobierno no hicieron nada, pese a que Lmrabet dispone de la nacionalidad francesa.
En la misma entrevista, Lmrabet desmonta una de las justificaciones favoritas del régimen marroquí y de sus admiradores: su capacidad para detener el islamismo. Recuerda que el atentado del 16 de mayo de 2003 en Casablanca, los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid y el asesinato del cineasta holandés Theo Van Gogh el 2 de noviembre fueron cometidos por jóvenes marroquíes fanatizados.
La corrupción puede ser el fin de Europa, a la vez que el factor que explica muchas decisiones políticas incomprensibles para los ciudadanos según la lógica y los intereses electorales. Los gobernantes árabes son maestros en el uso del dinero para corromper las conciencias, aunque es cierto que fracasarían si los tentados rechazaran sus cheques.