Posts Tagged ‘derechos humanos marruecos’

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INTENTAN EVITAR LA DEPORTACIÓN DE UN ACTIVISTA SAHARAUI CONDENADO A CADENA PERPETUA

4 marzo, 2015

El saharaui que crispa a Marruecos

Hassanna Aalia tenía seis o siete años. Un día, cuando estaba en la escuela, un profesor marroquí perdió la paciencia y, colérico, levantó la voz para regañar a los alumnos. «¡Saharauis sucios!», espetó en medio de la clase. «¿Sucios? ¿Por qué sucios?», se preguntó entonces aquel niño. Y esa primera inquietud, planteada solo en su cabeza, fue desencadenando muchas otras: «¿Por qué nos tratan mal? ¿Por qué me obligan a aprender un idioma diferente al de mis padres? ¿Por qué hay tantos militares y policías en las calles? ¿Por qué papá se esconde para escuchar las noticias en la radio? ¿Por qué huyeron mis tíos? ¿Por qué tenemos miedo?». Las respuestas llegaron poco a poco —en esa transición de la niñez a la adolescencia, que en su caso también fue una transición de la inercia al activismo—, pero hoy, con 26 años y a 2.000 kilómetros de distancia, Aalia las resume así: «Son las consecuencias de haber nacido en un territorio ocupado».

El territorio del que Aalia habla desde Bilbao es el Sáhara Occidental, colonia de España hasta 1975. La escuela que hoy recuerda estaba en aquella región anexionada y gestionada por Marruecos desde 1976, vigilada por una misión de la ONU desde 1991 y a la que —insiste con vehemencia— no puede volver. «Si regreso, me encierran de por vida», cuenta Aalia, un joven flaco, de mediana estatura, que habla con la voz baja, casi como si estuviera revelando un secreto, y al Rabat acusa de tener relación con la muerte de 11 agentes marroquíes y dos civiles.

Su vida se ha partido en dos: en un antes y un después de su participación en los campamentos de Gdim Izik, entre octubre y noviembre de 2010. La protesta —una especie de acampada a las puertas de la ciudad de El Aaiún, la capital— reunió a 20.000 personas que exigían mejores condiciones de vida. «Fue el inicio de la primavera árabe«, valora con una mezcla de orgullo y desazón, en partes iguales, porque ese también fue el inicio de su autoexilio.

Hoy ha debido acostumbrarse a vivir entre flashes y micrófonos, a peregrinar por Ayuntamientos y Parlamentos, a participar en conferencias universitarias, a reunirse con abogados, incluso a caminar por la calle y que le pidan una foto. Pero hoy, sobre todo, espera que el Ministerio del Interior revierta la decisión de denegarle el asilo político que pidió hace tres años. Aalia llegó a España en octubre de 2011 con una beca de formación en derechos humanos coordinada por EGE, una ONG vasca que trabaja, principalmente, en el desarrollo de mujeres y jóvenes. En esas estaba cuando se enteró, ya en Bilbao, de que en Marruecos se había emitido una orden de búsqueda y captura por su participación en Gdim Izik.

Aalia argumenta que en 2013 un tribunal militar de Rabat le condenó —a él y a una veintena de saharauis— por la muerte de 11 agentes y dos civiles durante el desmantelamiento de los campamentos, el 8 de noviembre de 2010. Él niega haber matado a nadie e, incluso, duda de que en realidad hayan fallecido todas esas personas. Su «único delito», añade, fue «atreverse» a disentir. Su labor en Gdim Izik, según su versión, consistía en trasladar a representantes de ONG y periodistas desde El Aaiún, sin que fueran detectados en los controles militares.

¿Qué pasó ese 8 de noviembre? «Los militares desmantelaron los campamentos por la fuerza y entraron brutalmente a las casas de El Aaiún para buscar a los organizadores», cuenta Aalia, que añade que durante la mañana participó en las manifestaciones, pero por la tarde, cuando vio que empezaron las detenciones, se escondió en la casa de una amiga.

Aalia asegura que su labor consistía en trasladar a ONG y periodistas desde El Aaiún hasta los campamentos

Marruecos ofreció otra versión y justificó el ingreso porque un grupo con «antecedentes penales» se había «apoderado» de los campamentos y estaba obligando a los saharauis a permanecer en ellos. «Nosotros participamos libremente», reprocha Aalia, «¿en serio creen que alguien podía retener a tantas personas?».

El juicio ha sido cuestionado por organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, entre otras razones, porque un tribunal militar juzgó a civiles —un procedimiento habitual en Marruecos desde hace décadas— y por las denuncias de torturas para conseguir las supuestas confesiones. «Interior se apoya en la sentencia, sin cuestionarla, para denegarle el asilo», critica Javier Canivell, abogado de Aalia y responsable del Servicio Jurídico de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Euskadi. El ministerio, contactado por este periódico, no ha querido pronunciarse sobre el caso por la confidencialidad de los expedientes de asilo.

La defensa destaca que Aalia fue juzgado «en rebeldía» porque no estuvo presente en el juicio y que por ello no tienen un documento oficial en el que conste que Aalia ha sido condenado a cadena perpetua. «Nos basamos en las versiones de quienes estuvieron en el juicio y en los informes de observadores y organismos de derechos humanos«, señala Canivell.

¿Qué pasa después de la denegación? Aalia tenía 15 días para salir de España desde que se le notificó la decisión, el pasado 19 de enero. No lo hizo. Su defensa presentó un recurso ante la Audiencia Nacional para que revise el proceso y suspenda cautelarmente la orden de salida.

Aalia, mientras tanto, cuenta que continuará denunciando los «abusos» de Marruecos. Un activismo que empezó con 17 años cuando —dice— escuchó por primera vez el himno saharaui durante una manifestación. Al inicio solo se unía a las protestas, pero después empezó a participar en la organización, una tarea por la que —asegura— ha sido detenido «tantas veces» que no recuerda con precisión. «Más de 10, por lo menos. Te golpean, te quitan la ropa, te amenazan con violarte con botellas. Lo que buscan es que tengas miedo, te calles y dejes de protestar».

Cuando no está en conferencias o reunido con algún político, Aalia intenta llevar la vida de cualquier joven de su edad. De vez en cuando queda con sus amigos por WhatsApp para tomar algo en el Casco Viejo o se conecta a Internet para hablar con su familia en El Aaiún —sus padres y cuatro hermanos—. Vive en Bilbao con la familia de Itziar Fernández Mendizábal, una activista 64 años a la que llama «ama» y a la que presenta como su «mamá vasca». Ella preside la ONG que le ofreció la beca. «En el Sáhara conocí a Hassanna y a su familia, unas personas comprometidas. Vimos que lo habían expulsado del instituto y que allí no tenía oportunidades de formarse», relata Fernández, casi con recelo, porque prefiere hablar más del Sáhara y menos de su vida.

«Mi mamá vasca fue a la boda de mi hermana y me trajo vídeos. Fue una manera de estar ahí», cuenta Aalia en el salón de su casa. Del techo cuelgan telas que imitan la forma de una jaima, una especie de tienda de campaña típica del Sáhara. «Lo ha hecho ama, creo que para que me sienta en casa».

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Huelga de hambre en Barajas para pedir al Gobierno que conceda asilo al activista saharaui Hassana Aalia

30 enero, 2015

La asociación Sáhara Libre ha convocado para el próximo viernes una huelga de hambre colectiva en el aeropuerto madrileño Adolfo Suárez-Barajas para reclamar al Gobierno de Mariano Rajoy que conceda asilo político al activista saharaui Hassana Aalia, condenado por un tribunal militar de Rabat a cadena perpetua.

Según el relato de los simpatizantes del activista saharaui, Hassana Aalia fue detenido en 2010 por participar en el campamento Gdeim Izik, instalado como protesta pacífica para demandar derechos sociales y políticos a Marruecos. En 2013 fue condenado por ello a cadena perpetua por un tribunal militar.

Hassanna, que se instaló en Bilbao en 2011 gracias a una beca de estudios para formación de derechos humanos, recibió el pasado día 19 el auto de resolución de su solicitud de asilo político en el Estado español, en el que se le anuncia su salida obligatoria del país en 15 días.
La organización ‘Sáhara Libre’ considera «vergonzoso» que el Ejecutivo español haya denegado asilo al activista saharaui «dejando claro que es cómplice de la dictadura marroquí«. «Su vida corre peligro si le deportan a su país, donde será torturado y encarcelado de por vida», alerta.

Por ello, desde Sáhara Libre han hecho un llamamiento para iniciar una huelga de hambre colectiva a partir de las 17.30 horas en la T-3 del aeropuerto de Madrid-Barajas e intentar así evitar que el Hassanna sea deportado el próximo día 4 de febrero, día en el que se cumple el plazo dado por las autoridades.

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marruecos QUIERE ROBAR EL PETRÓLEO SAHARAUI

29 enero, 2015

El petróleo abre un nuevo frente entre Marruecos y el Polisario

Después de la renuncia de Repsol a seguir con las prospecciones en aguas canarias, la polémica viaja hacia el sur, aunque con mucho menos ruido que en el caso de las islas. Dos multinacionales —la estadounidense Kosmos Energy y la escocesa Cairn Energy— están acometiendo un pozo exploratorio en el Atlántico, a unos 100 kilómetros de las costas del Sáhara Occidental.

Este sondeo —autorizado por Marruecos y el primero en la historia que se realiza en la zona— ha provocado las protestas del Frente Polisario. Su secretario general, Mohamed Abdelaziz, envió el lunes un escrito a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el que advierte de que estas actividades son «una seria provocación y una amenaza real contra la paz y la estabilidad para el Sáhara Occidental y la región del Magreb». La organización Ecologistas en Acción, por su parte, ha alertado de que los trabajos pueden tener «consecuencias negativas para el frágil ecosistema marino de la zona» e «impacto sobre los recursos pesqueros y la fauna amenazada».

A mediados de diciembre, un mes después de que Repsol comenzara el trabajo de sondeo en aguas canarias, el buque perforador Atwood Achiever empezó a trabajar en aguas saharauis, en la zona de Cabo Bojador, a unos 200 kilómetros de las Islas Canarias. Kosmos y Cairn esperan tener a finales de marzo los resultados de esta campaña exploratoria.

Esta zona es muy sensible. El Sáhara Occidental es uno de los 17 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización de la ONU. Sin embargo, cuando España abandonó su antigua colonia hace 40 años, una parte importante quedó en manos de Marruecos, que la administra actualmente. De hecho, el Gobierno marroquí es el que ha concedido las autorizaciones y participa en el accionariado del proyecto, como ocurre en el resto de permisos de exploración de hidrocarburos concedidos por este país.

Consciente de que se trata de un punto caliente, Kosmos —que posee el 55% del proyecto y, por lo tanto, lleva la voz cantante como operador— se reunió la semana pasada con representantes de los ministerios de Asuntos Exteriores e Industria de España. Fuentes del departamento de José Manuel Soria sostienen que, en su caso, el encuentro tuvo un carácter técnico. Según la información trasladada a este ministerio, los trabajos se centrarán al sur, en el bloque llamado Cabo Bojador. «También parece que tienen previsto perforar al norte, pero la investigación está menos avanzada», añaden estas fuentes ministeriales. Incluyendo Cabo Bojador, Kosmos Energy tiene cuatro permisos otorgados por Marruecos. «Si los resultados son positivos en el sondeo, iniciarán una nueva ronda de contactos», añade el departamento de Industria. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha rechazado dar explicaciones de la reunión con Kosmos.

El único pronunciamiento público del Gobierno sobre este asunto data de mediados de diciembre. «Las prospecciones que se están llevando a cabo están dentro del respeto más absoluto al derecho internacional», sostuvo el ministro de Justicia, Rafael Catalá, cuando fue interrogado por los periodistas en Canarias.

Pero el Frente Polisario rechaza esta interpretación. Bucharaya Beyun, delegado en España de esta organización, afirma que es «una violación del derecho internacional». «Le corresponde a la ONU tomar medidas», añade Beyun, para quien Marruecos busca «atraer» inversión extranjera para conseguir un reconocimiento de facto de su soberanía.

Contra esta campaña exploratoria también se ha manifestado el Observatorio de los Recursos Naturales del Sáhara Occidental. El representante en España de esta organización, Alejandro Garcés, recuerda que en 2002 un pronunciamiento del ex secretario general de asuntos jurídicos de la ONU Hans Corell estableció que la explotación de los recursos en la zona debía repercutir favorablemente en esta área y contar con el consentimiento de la población local. El primer supuesto, según Garcés, podría haberse cumplido, ya que Kosmos ha anunciado que construirá algunas escuelas. Respecto al segundo, el del consentimiento, afirma que no se ha cumplido.

La compañía no comparte esta visión. Reg Manhas, vicepresidente de asuntos exteriores de Kosmos, envió un escrito en noviembre a los representantes de ocho organizaciones que defienden los intereses saharauis ante las dudas mostradas por estos. En esa carta explica que han presentado su proyecto a «actores locales principalmente en Dajla, así como El Aaiún y Bojador». En septiembre, explica en el escrito, hubo encuentros de la empresa con «cargos electos, empresarios, líderes tribales y representantes de organizaciones civiles, de la industria turística y de comunidades de pescadores». Respecto a la repercusión para los saharauis, Manhas asegura que «las poblaciones locales se beneficiarán de forma eficiente, efectiva y transparente». Y pone como ejemplo la «industria de petróleo y gas» que se ha creado en Ghana gracias al yacimiento marino Jubilee Field.

Vía: elpais.com

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CUMBRE SOBRE DERECHOS HUMANOS EN MARRUECOS, UN PAÍS CON 317 PRESOS POLÍTICOS

27 noviembre, 2014

Marruecos pasa desde este jueves y por voluntad propia un exigente examen mundial sobre su comportamiento con respecto a los derechos humanos en el país en un momento crítico. Vigencia de la pena de muerte, tortura, presos políticos y de opinión, represión en las manifestaciones, actos y actividades prohibidas a numerosas ONG y colectivos ciudadanos, nacionales e internacionales, malas condiciones y muchos problemas en las cárceles. El catálogo de quejas y denuncias sobre esos aspectos sigue vigente y en algunos ámbitos, como la situación de la mujer, parece que empeora. Más de 5.000 expertos de 94 países acuden desde este jueves a Marraquech a participar en 52 debates en el II Foro Mundial de Derechos Humanos. Algunas ONG han anunciado su boicot.

La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), la más importante de Marruecos con 14.000 afiliados, explicó este lunes en Rabat las razones de su ausencia y sus máximos responsables fueron contundentes y nada contemplativos: “La Justicia en Marruecos no siempre es independiente a pesar de todas las reformas y leyes anunciadas; se actúa contra activistas, periodistas y defensores de los derechos humanos; la represión y la impunidad es una práctica corriente; y las denuncias sobre torturas rara vez llegan a los tribunales”.

La AMDH, que sí estuvo en las reuniones previas al foro para sus preparativos, lleva tiempo advirtiendo de que no le gustaba nada cómo se estaban desarrollando los prolegómenos de este evento mundial porque entienden que se ha montado con mucha improvisación (el programa final se cerró el lunes), poca transparencia sobre las discusiones y los invitados, mucho dinero para florituras (se especula con unos 12 millones de euros pero no se ha dado ese dato oficialmente ni quién o cómo se sufraga) y poca realidad de fondo. Esos lamentos los suscriben otras muchas asociaciones asentadas en Marruecos, como las 178 agrupadas en torno a la Federación Internacional de la Liga de los Derechos del Hombre, aunque algunas acudirán a los actos por pragmatismo, para aprovechar la ocasión y los contactos internacionales.

Por ejemplo, NOVACT, el Instituto Internacional para la Acción Noviolenta, la única española entre las 400 ONG invitadas oficialmente al foro, que opera en Marruecos hace meses aunque aún no está registrada totalmente. Su codirector, Lucas Gervasoni, comparte el malestar de la AMDH y las otras ocho entidades que han firmado el boicot, pero tampoco quiere desaprovechar la oportunidad para “construir redes internacionales y ayudar a los colectivos que intentan cosas”.

El primer congreso de este tipo, que respalda la ONU y la comunidad internacional, se celebró en 2013 en Brasil. En esta edición en Marraquech, desde este jueves y hasta el domingo, más de 5.000 participantes se distribuirán en 12 foros sobre la mujer, 13 de formación, 15 culturales, habrá más de 70 invitados internacionales (la inauguración correrá a cargo de Ban Ki Moon, secretario general de la ONU) y España enviará una pobre representación oficial con la jefa de gabinete de la Defensora del Pueblo. También hablarán el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el exjuez Baltasar Garzón.

Una de las grandes críticas perennes a Marruecos sobre derechos humanos tiene que ver con lo mucho que anuncia y promete y lo poco que ejecuta. El país se ha suscrito en los últimos años a todos los convenios internacionales sobre la materia, aprobó en 2011 una novedosa y moderna Constitución y tiene en cartera varias reformas de leyes orgánicas básicas. Pero no salen adelante, sobre todo en Justicia e Interior.

Los dirigentes de la AMDH han denunciado, en su completo informe de esta semana, una acusación aún más grave: “El Estado manipula con la lucha contra el terrorismo y la amenaza de los movimientos extremistas para recortar logros conseguidos en los años 90 y atacar a las ONG”. Gervasoni remacha: “A Europa y a España les interesa fomentar la estabilidad del vecino y socio marroquí aunque sea a costa de rebajar la presión sobre los derechos humanos y de financiar las prácticas violentas de su Ministerio del Interior”.

AMDH ha contabilizado un total de 70 actos prohibidos desde el verano a sus distintas delegaciones en más de 20 ciudades del país y también un campamento de jóvenes de Amnistía Internacional. El pasado 15 de julio, además, el ministro del Interior, Mohamed Hassad, su bestia negra, arremetió contra las ONG en el Parlamento al calificarlas en bruto de “hostiles y de recibir fondos del extranjero”.

Las manifestaciones están permitidas, de hecho han proliferado y se han diversificado (16.096 en 2013 por todo el país) pero también se pueden dispersar violentamente sin razones aparentes. Las prohibiciones de los actos de protesta no suelen ser oficiales y evidentes. Se pide un local para una actividad y cuando llega el día el recinto está cerrado. No se entrega ninguna comunicación por escrito. Se hace con una llamada.

La tortura no está permitida pero hasta el ministro de Justicia ha aceptado que se produce de forma no estructurada porque las confesiones policiales tienen valor de prueba y se hacen sin la presencia garantizada de abogado. Las ONG han denunciado últimamente dos casos: el de Wafa Sharaf en Tánger y el de Osama Housn en Casablanca. No hubo investigación. En el país hay libertad de información aparente pero también mucha autocensura. En 2013 la AMDH contabilizó 317 presos políticos o de opinión entre activistas, sindicalistas, jóvenes del 20-F o prosaharauis.

Vía Elpais.com

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MARRUECOS DESPRECIA A LOS HOMOSEXUALES. BOICOT AL TURISMO EN MARRUECOS!!!

7 octubre, 2014

Liberado el británico apresado por tener relaciones gais en Marruecos

Ray Cole regresa a su país tras ser detenido cuando paseaba con su pareja de 20 años

Ray Cole, el jubilado británico de 69 años detenido y condenado en Marruecos a cuatro meses de cárcel por tener relaciones homosexuales con su pareja marroquí de unos 20 años, fue liberado esta tarde y regresa ya en avión a su país. Así lo ha confirmado su hijo, Adrian, y la página web de la organización Change.org que le ayudó a montar la campaña de ayuda que cosechó en poco tiempo más de 21.400 firmas para lograr su liberación y repatriación al Reino Unido.

Cole, residente habitualmente en Deal, al sur de Londres, había sido condenado en un juicio el pasado 2 de octubre. Su hijo, varias organizaciones no gubernamentales y de derechos humanos y hasta el diputado tory de su circunscripción, habían montado estos días una fuerte campaña de boicot turístico contra Marruecos para lograr su puesta en libertad y esa presión ha dado hoy sus frutos.

La homosexualidad continúa siendo un delito en Marruecos y está tipificada en el Código Penal con penas de seis meses a tres años de prisión. El artículo en cuestión apunta contra los que cometieran “actos licenciosos o contra natura con un individuo del mismo sexo”. La propia página web del Ministerio de Asuntos Exteriores británica (Foreign Office) alerta de que “la homosexualidad es una infracción penal en Marruecos”. Pero los casos de detenciones y encarcelamientos de extranjeros, aunque suceden como denunció de nuevo el pasado verano Human Rights Watch, no son habituales, como admite Gillian Edwards, el responsable de la asociación de turoperadores británica.

Ray Cole había reconocido en su entorno su homosexualidad hacía poco tiempo. Este verano acudió a Marruecos a disfrutar de las vacaciones. Allí tenía, además, a su compañero, Jamal Jam Wald Nass, de unos 20 años. El pasado 18 de septiembre ambos acudieron a un centro comercial del barrio de Gueliz, en Marraquech, y fueron controlados y seguidos por la policía, según se ha sabido ahora, porque habían mantenido algún tipo de gestos o actitud “con connotación sexual”. La policía les detuvo luego, en una parada de autobús.

Tanto Ray como su pareja fueron encarcelados en la prisión de Oudaya, con muy mala fama como muchas otras en Marruecos. Estuvieron casi una semana incomunicados. Ray Cole, que sí admitió haber mantenido relaciones sexuales con su pareja, estaba tan confuso y nervioso que rechazó en un primer momento la ayuda del consulado británico. El joven marroquí negó esa relación y sostuvo que solo era amigo de otra hija diplomática de Ray (Gemma). De la situación actual de este hombre se desconoce todo.

El pasado 2 de octubre ambos fueron condenados a cuatro meses de cárcel porque el juez consideró determinantes unas fotos con actos sexuales que se habrían encontrado en los móviles personales de los dos. El hijo de Ray calificó ese juicio como una “farsa”.

Adrian Cole, tras tardar varias semanas en poder tener una conversación con su padre, había apelado este lunes a su liberación y repatriación cuanto antes a su país porque le observaba ya muy deprimido y porque en su día había sufrido dos ataques al corazón. El hijo había denunciado también que en la cárcel de Oudaya su padre dormía en el suelo de una sala preparada para 40 personas con otros 60 presos condenados por delitos de violación, pedofilia y asesinatos.

La familia, la organización Change.org y la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) habían lanzado una muy seguida campaña en Twitter (con la etiqueta #freeraycole) y en Facebook para lograr sulibertad.

Charlie Elphicke, el diputado conservador (tory) de la circunscripción de Cole (en Dover-Dale), había pedido incluso el boicot turístico contra Marruecos: “He hecho todo lo posible para liberarle y exhorto a no visitar Marruecos porque si alguien va a correr el peligro de enfrentarse a acusaciones falsas y delitos medievales. Marruecos no es seguro para los turistas británicos”. Los ciudadanos británicos eran hasta ahora el cuarto cupo en importancia (tras franceses, españoles y alemanes) en los destinos turísticos marroquíes con casi medio millón de visitantes al año.