El vicepresidente Iglesias recuerda el compromiso de la ONU de celebrar un referéndum en el Sáhara Occidental
Tensión en el Sáhara Occidental: el Frente Polisario da por roto el alto el fuego, asegura que ha causado bajas en el Ejército marroquí y Marruecos desmiente la existencia de víctimas
El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, ha hecho referencia a la tensión que desde hace unos días se vive en la zona de Guerguerat, fronteriza entre el Sáhara Occidental y Mauritania, recordando que la ONU en 1995 pidió celebrar «sin más demora, un referéndum libre, limpio e imparcial para la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental«.
Iglesias lo ha recordado este fin de semana en su perfil de Twitter, después de que el Frente Polisario diera por roto el acuerdo de alto el fuego firmado con Marruecos en 1991 y decretara el estado de guerra en todo el territorio.
El Polisario asegura que el domingo bombardeó por tercer día consecutivoposiciones del Ejército marroquí en el muro de separación en respuesta al ataque lanzado el viernes por Marruecos en el paso fronterizo de Guerguerat, que une Mauritania. Según un comunicado clasificado como Parte de Guerra Número 3, unidades del Ejército Popular de Liberación Saharaui (ELPS) «atacaron bases, puntos de apoyo y abastecimiento del enemigo, y causaron «bajas mortales, heridos y desertores del Ejército marroquí». Los ataques no han podido ser corroborados ni desmentidos por fuentes independientes. Sin embargo Marruecosdesmintió que haya habido víctimas durante choques con el Frente Polisario.
La Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) tiene como objetivo la celebración de un referéndum de autodeterminación en este territorio que fue colonia española primero y provincia española después, y cuya gestión cedió España en noviembre de 1975 a una administración temporal tripartita compuesta por España, Marruecos y Mauritania. Desde entonces miles de saharauis se establecieron en los campos de refugiados de Tindouf, en el desierto argelino, donde esperan poder volver algún día a su tierra.
Por su parte, Marruecos no acepta ni la autodeterminación ni la independencia del pueblo saharaui, solo lo que califican de amplia autonomía. Más allá de las palabras de Pablo Iglesias, desde el Gobierno español se han limitado a señalar que «España apoya los esfuerzos del Secretario General de Naciones Unidas para garantizar el respeto del alto el fuego en el Sáhara Occidental acordado y supervisado por la MINURSO».
El Frente Polisario considera roto el alto el fuego y declara el estado de guerra con Marruecos
La organización saharaui sostiene que ha bombardeado cuatro bases militares y dos puestos de vigilancia marroquíes y ha causado bajas. Rabat guarda silencio
El secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Democrática Saharaui (RASD), Bahim Ghali, anunció este sábado la ruptura del alto el fuego firmada con Marruecos en 1991 y decretó el estado de guerra. Desde la otra parte, el Estado marroquí guardó silencio. Mientras el Frente Polisario informaba sobre ataques contra posiciones del “enemigo”, varios medios marroquíes se centraron en los mensajes de apoyo que Rabat ha recibido desde países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait y Jordania.
El Frente Polisario aseguró el sábado por la mañana haber causado víctimas mortales a Marruecos y “considerables pérdidas materiales” en la madrugada del viernes al sábado mediante bombardeos efectuados contra cuatro bases militares (entre ellas, las de Mahbes, Hauza, Auserd) y dos puestos de vigilancia. Al caer la tarde del sábado, la organización saharaui emitió su segundo parte de guerra, en el que informaba de que había continuado con los bombardeos contra las bases militares de Mahbes y Bagari y hostigado al “ocupante” en la zona de Guerguerat,.
Desde El Aaiún, capital administrativa del Sáhara Occidental, Ahmed Tanji, fundador del grupo de periodistas saharauis Equipe Media, indicó en conversación telefónica: “Aquí han puesto más policías y militares por todas partes. El viernes reprimieron una manifestación de saharauis. Y hoy sábado algunos agentes marroquíes han lanzado piedras contra algunas casas de activistas saharauis”.
Los 240 observadores que integran la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) no han podido evitar las hostilidades sobre el terreno. La labor de la ONU se ha visto sobrepasada más que nunca en los últimos 29 años, desde la firma del alto el fuego
El ministerio de Exteriores de la RASD emitió el sábado un comunicado en el que indicaba que, tras llevar 29 años a la espera de que se celebre un referéndum de autodeterminación, el pueblo saharaui ha perdido su confianza en las Naciones Unidas y en su misión sobre el terreno. Para la organización saharaui, la misión de la ONU se ha convertido en “custodio” de la explotación por parte de Marruecos de los recursos naturales del Sáhara Occidental, lo que considera un “expolio”.
La comunidad internacional también asiste impotente al desarrollo de los hechos. El ministerio de Exteriores de España, antigua potencia colonial del Sáhara, instó a las partes a través de un comunicado difundido el viernes por la noche a reanudar las negociaciones. Lo mismo hicieron varios representantes de la Unión Europea y de la ONU.
La situación en el Sáhara Occidental vivió el viernes el momento de mayor violenciadesde 1991. Fuerzas del ejército marroquí disolvieron una protesta de civiles saharauis que mantenían cerrada desde el 21 de octubre la carretera que une el Sáhara Occidental con Marruecos. El ejército marroquí señala que en ningún momento tomó contacto con civiles, pero ambas partes reconocen que durante la operación de desalojo intercambiaron disparos, sin que se registrara en principio ningún herido.
Marruecos no reconoce bajas por ahora
Ante el hecho de que Rabat no haya reconocido hasta el momento ninguna baja mortal, una fuente del Frente Polisario alegó: “Marruecos no va a reconocer ni que estamos en guerra ni que han sufrido bajas mortales. Solo lo reconocerán cuando entremos en algunas de sus bases militares. Marruecos nunca reconoció que tuvimos presos a 4.000 de sus soldados durante la guerra que mantuvimos [1976-1991]. Y nunca ha reconocido los derechos los militares suyos que estuvieron presos”.
Respecto a la desproporción que hay entre los dos bandos, la citada fuente añadió: “Somos conscientes. Nunca hemos negado que ellos son mucho más poderosos que nosotros. Pero el muro que ellos construyeron en el desierto juega a nuestro favor. Porque el muro [construido a lo largo de 2.500 kilómetros en el desierto] les obliga a atrincherarse. Y esa posición nos da la ventaja de marcar el ritmo de las ofensivas”.
Mientras el Frente Polisario señala abiertamente que la guerra se ha desatado en el Sáhara Occidental al cabo de 29 años, Rabat no se expresa en los mismos términos. El Estado Mayor de Marruecos indicó en un comunicado el viernes por la tarde que, frente a los disparos recibidos de la parte del Frente Polisario, sus fuerzas decidieron responder y provocaron la huida de los “milicianos”.
Iauguiha Mohamed arriesga su vida cada día como jefa de un equipo que limpia de artefactos explosivos la zona del muro levantado por Marruecos en los territorios saharauis liberados. Hay millones
— Leer en elpais.com/elpais/2018/05/08/planeta_futuro/1525770637_271824.html
Marruecos condena a cadena perpetua a ocho de los saharauis de Gdeim Izik
El Tribunal de Apelación de la localidad marroquí de Salé ha condenado a los presos saharauis de Gdeim Izik a penas que van desde los dos años de cárcel a la condena perpetua.
La Justicia de Marruecos ha sentenciado duras penas de prisión para los activistas saharauis que participaron en el campamento de la dignidad Gdeim Izik en 2010. Concretamente, el tribunal marroquí ha dictado ocho condenas perpetuas, tres penas de 30 años, cinco de 25 años, tres de 20 años y la revisión de otras, en ausencia de los acusados.
El campamento de Gdeim Izik nació en 2010 cuando más de 20.000 saharauis residentes en los territorios ocupados por Marruecos plantaron sus haimas y tiendas a 15 kilómetros de El Aaiún para protestar contra la discriminación que sufre la población saharaui en su propio territorio. La Policía de Marruecos asaltó el campamento violentamente y según por la versión oficial, por la que han sido condenados los activistas, fallecieron 11 policías de Marruecos.
Las solicitudes se han disparado en los últimos años y en 2015 se ha marcado un récord de resoluciones positivas tras una sentencia favorable que ha abierto la puerta al reconocimiento del estatuto a esta población.
Brahim Chagaf es un cineasta de 29 años que ha dirigido una película con 100 euros de presupuesto. Pero esta no es la única peculiaridad que lo caracteriza: es un apátrida. Como él, otros cientos de saharauis han conseguido oficialmente este estatuto en España en los últimos años.
“Si nuestra historia no se ha escrito, que por lo menos se pueda ver”, dice Brahim, quien no quiere dedicarse al cine solo por vocación. Quiere hacer visible la causa de su pueblo, que lleva más de 40 años dividido entre los territorios ocupados por Marruecos y los campamentos de refugiados de Argelia. “Sin identidad se acaba por dejar de existir”, afirma sentado en la cama de su cuarto en uno de los colegios mayores de la zona universitaria de Madrid, donde llegó hace un año para estudiar cine. En un viaje anterior a la península había solicitado el reconocimiento del estatuto de apátrida, un trámite cuyas peticiones se han multiplicado por 30 entre 2006 y 2015.
“Este repunte se dio porque se ganó un procedimiento judicial que reconocía en determinados casos el estatuto de apátrida a la población saharauis”, explica Anna Figueres, abogada en la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado (CCAR), entidad española miembro de la Red Europea de Apatridia (European Network of Statelessness, en inglés). De las 34 solicitudes presentadas en 2006 se pasó a las 1.151 en 2015, la casi totalidad de ellas presentadas por saharauis, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Interior. Ese mismo año, más de 1.000 peticiones se resolvieron de manera favorable, la cifra más alta registrada y tres veces superior a la de 2014.
UNA PERSONA SE CONSIDERA APÁTRIDA CUANDO NINGÚN PAÍS LE RECONOCE COMO SU CIUDADANO
En el mundo hay al menos 10 millones de apátridas, según ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados, una cifra que se corresponde a un cuarto de la población española. Una persona se considera apátrida, según la normativa internacional, cuando ningún país le reconoce como su ciudadano. En el caso de los saharauis sí existe un Estado que les otorga un DNI y un pasaporte. Pero este Estado, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), solo está reconocida por algunos países de África, Latinoamérica y Medio Oriente.
“Fue muy duro tomar la decisión de pedir el estatuto”, admite Brahim, quien nació en el campamento de Dajla y se quedó huérfano de padre cuando era un niño a causa de la guerra. “Pero me hacía falta una documentación para viajar y seguir aprendiendo», dice mientras enseña su pasaporte verde donde en la casilla de nacionalidad se lee “apátrida”. Con este documento, válido cinco años y renovable, puede residir en España y viajar libremente dentro de Europa y, con visado, a los demás países. “Me convencí de que solo es una herramienta, que va a ser temporal”.
La población saharaui sigue a la espera de celebrar bajo la égida de la ONU un referéndum de autodeterminación que nunca llega. El conflicto estalló después de que España, potencia colonizadora, se retirara del Sahara Occidental en 1976 y Marruecos y Mauritania se repartieran la zona, la gran parte de ella bajo el control del reino alauita. El Frente Polisario declaró entonces su independencia y la población saharaui está hoy repartida entre los territorios ocupados por un lado y la «zona liberada» y los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia, por otro.
La habitación de Brahim es pequeña y de paredes blancas. Al fondo, cerca de la ventana, está colgado un póster de la película Cinema Paradiso. «Aquí suelo tener la bandera saharaui», dice señalando con la mano la pared al lado de su cama, «pero ahora no está porque ayer la llevé a la emisión de la película».
ESPAÑA NO CONCEDÍA EL ESTATUTO A LOS SAHARAUIS ALEGANDO QUE TENÍAN NACIONALIDAD ARGELINA
Habla de Patria dividida, el primer largometraje rodado por un equipo enteramente saharaui. Estrenada en 2013 y grabada con una cámara y un micrófono atado a un palo de escoba, se filmó en los campamentos de refugiados de Tinduf. “En Marruecos cuentan que en los campamentos vivimos secuestrados y es falso; queríamos hacernos escuchar a través de este medio que no tiene barreras para evitar que nuestra causa caiga en el olvido», explica Brahim.
El largometraje habla de un joven saharaui perseguido por soldados marroquíes y obligado a cruzar el “muro de la vergüenza”, un perímetro de casi 3.000 kilómetros rodeado por siete millones de minas que separa las zonas liberadas de los territorios ocupados. Sidi Talebbuia, presidente de la Asociación Profesional de Abogados Saharauis en España, explica que el Estado español concede el estatuto de apátrida solo a los saharauis que viven en los campamentos. «Y solo después de las sentencias de la Audiencia Nacional y del Supremo», confirma. “Antes el Ministerio alegaba que tenían la nacionalidad argelina porque Argelia les otorga un pasaporte, que en realidad es un simple título de viaje que no concede la nacionalidad”.
El pasaporte de apátrida implica, en cierto sentido, renunciar a una patria a cambio de poder moverse por el mundo y, en un futuro, solicitar la nacionalidad del país que ha concedido el estatuto. A los saharauis que viven en las zonas ocupadas, sin embargo, se les deniega esta posibilidad. «Es porque se les impone la nacionalidad marroquí», contexualiza Talebbuia. En su opinión, «los saharauis deberían ser españoles antes de ser apátridas, porque si no se reconoce la RASD se tiene que respetar la nacionalidad anterior, que es la española”. “Es un conflicto diplomático”, zanja.
En 2004, la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara empezó a organizar de la mano del Ministerio de Cultura saharaui un festival de cine en los campamentos de Tinduf, el Fisahara. A raíz de esta iniciativa nació la escuela de cine donde Brahim fue antes alumno y después profesor. Desde este viernes hasta el uno de junio se estrena en la capital Le Yuad, el segundo largometraje codirigido por Brahim.
Sentado en la cama con las piernas cruzadas, Brahim dice que faltan pocos días para acabar sus clases. “¿Cómo me veo dentro de unos años?”, se pregunta. “Haciendo cine, pero espero que ya no sea en un campamento, sino en las zonas ocupadas, finalmente libres y con un pueblo soberano”.
ERRADICAR LA APATRIDIA EN 10 AÑOS
Según ACNUR, cada 10 minutos nace un niño apátrida en el mundo. Entre las causas están los conflictos, el desmembramiento de Estados, el no reconocimiento de minorías… “No tener nacionalidad implica la falta de acceso a derechos muy básicos, como la educación primaria o la sanidad”, explica Aleksandra Semeriak, de la CCAR. Ella misma lo padeció en su piel: hija de madre bielorrusa y padre ucraniano, nació en Letonia en 1987 cuando aún era parte de la URSS. Cuando el país se independizó, más de medio millón de personas se quedó sin nacionalidad. “No podíamos votar, ni ocupar cargos públicos”, explica.
En 2014, con ocasión del 60 aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas, ACNUR lanzó una campaña, #IBelong (#Yopertenezco). Su objetivo es erradicar la apatridia en 10 años, a través de una campaña de sensibilización y de compromisos políticos que prevengan casos futuros.
Suecia retira su apoyo a la independencia del Sáhara para que Ikea pueda abrir tienda en Marruecos
Suecia ha retirado este fin de semana su apoyo a la independencia del Sáhara Occidental, después de que el embajador sueco en Túnez y Libia, Fredrik Florén, enviara al Ministerio de Asuntos Exteriores una revisión de la política hacia este territorio.
«Este documento pone de manifiesto que los criterios exigidos por el Derecho Internacional para reconocer la República Democrática Árabe Saharaui -el Sáhara Occidental- no se cumplen», ha afirmado la ministra de Exteriores sueca, Margot Wallström, en un comunicado.
Si bien desde Exteriores aluden a razones puramente jurídicas, en el periódico marroquí ‘Le360’ inciden en que se trataría más de una respuesta económica, después de que el pasado mes de septiembre las autoridades marroquíes bloquearan la apertura de una tienda IKEA a las afueras de la ciudad de Mohammedia -cerca de Casablanca-.
«El Gobierno actual ha entrado en un conflicto diplomático con Arabia Saudí e Israel. No puede permitirse un tercer conflicto con un país importante«, ha indicado la televisión sueca. «El impacto de Marruecos en el mundo árabe es considerable. Y Suecia necesita el apoyo de los países árabes para su asiento en el Consejo de Seguridad», ha añadido.
Independientemente de la razón que esté detrás, la decisión de Estocolmo levantará previsiblemente importantes críticas por parte de políticos y de expertos jurídicos.
En su página web, la televisión sueca ha anunciado que el presidente del Parlamento marroquí, Rachid Talbi Alami, visitará el país escandinavo a principios de esta próxima semana. «Durante su viaje, será informado oficialmente de la decisión de Suecia de renunciar a su proyecto«.
Ikea, bloqueada
En septiembre, las autoridades marroquíes informaron a Estocolmo de que hasta que no obtuviera los permisos necesarios, IKEA no podría abrir su tienda en Marruecos. No obstante, los motivos que la prensa considera que están detrás de esta decisión eran elposible reconocimiento sueco de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), el territorio controlado por el Frente Polisario.
El Parlamento de Suecia ya votó el reconocimiento del Sáhara Occidental en 2011, pero el Gobierno de entonces, de centro-derecha, rechazó la moción. El actual primer ministro, Stefan Lofven -de centro-izquierda-, aclaró en marzo que no contemplaba un gesto inminente similar al que ya adoptó con Palestina, según el diario ‘The Local’.
La justicia europea ha dictado este jueves una sentencia de largo alcance político para la relación con Marruecos. El Tribunal Europeo de Justicia, con sede en Luxemburgo, ha anulado el acuerdo comercial entre Bruselas y Rabat por extender sus ventajas a productos provenientes del Sáhara occidental. La institución reprocha a los Estados miembros que, al firmar el acuerdo, en 2012, no tuvieran en cuenta “que la soberanía del Reino de Marruecos sobre el Sáhara occidental no está reconocida ni por la Unión Europea ni por sus Estados miembros ni, de manera más general, por la ONU”, establece el fallo.
Aunque el peso de los productos agrícolas y pesqueros provenientes del Sáhara occidental sobre el total marroquí no es muy elevado, la sentencia tiene un gran significado político. El tribunal cree que el Consejo Europeo —que representa a los Estados miembros— “debía asegurarse de que no existían indicios de una explotación de los recursos naturales del Sáhara occidental bajo control marroquí susceptible de ir en detrimento de sus habitantes y de atentar contra sus derechos fundamentales”.
La justicia europea da la razón así al Frente Polisario, que había presentado recurso a finales de 2012 contra el marco comercial acordado con Marruecos. Al admitirlo como persona jurídica, el tribunal de Luxemburgo otorga legitimidad al Frente Polisario, el movimiento que abandera el derecho de autodeterminación de este pueblo y aboga por el referéndum que España, como antigua potencia dominante, y Marruecos, la actual, se comprometieron a organizar.
En su decisión, el tribunal emplea una lógica similar a la adoptada por la Comisión Europea, a petición de los Estados miembros, sobre los productos procedentes de los asentamientos israelíes en Palestina. Bruselas ofreció el mes pasado unas directrices a los Estados para que etiqueten de manera diferente los productos que Israel vende a la UE pero que proceden en realidad de territorios ocupados. Tanto en este caso como en el marroquí, el motivo es la falta de respaldo internacional a la autoridad que ejercen esos países sobre territorios que ha ocupado ilegalmente.
“Si la UE quiere negociar con los bienes del Sáhara occidental, primero tiene que consultar a la gente de su territorio, no a Marruecos”, ha argumentado la organización Western Sahara Resource Watch, defensora de los derechos de los saharauis y una de las primeras en informar del fallo del tribunal.